Cobrar por lo que se sabe... ¿En serio?

Hace un par de días escuché a alguien decir la frase de "yo cobro por lo que sé, no por lo que hago", una frase que me puso a reflexionar bastante y realmente es cuanto menos curiosa, me puse a cuestionarme ¿Realmente una persona debe cobrar por lo que sabe?

El principal problema con esta afirmación viene de la paradoja de Sotires, que dicta principalmente: ¿cuánto es un montón?, lo que quiere decir que a partir de cuanto "n" granos de arena dejan de ser contables para ser un montón, realmente no es cuantificable, y lo mismo sucede con los conocimientos, sólo que en este caso ¿qué conocimientos valen y cuánto valen?

Si pensamos detenidamente, por dar un ejemplo mi perfil es de Desarrollador de software, entonces; ¿es correcto que el costo de mis servicios como Desarrollador sean mayores por tener conocimientos en c siendo desarrollador en java? lo primero que se me viene a la mente es; obvio no, sin embargo, saber crear una estructura a base de punteros puede ser agregada como valor adicional a un desarrollo java, o peor aún, ¿debería ser un añadido salarial el hecho de me desenvuelva bien en ambientes GNU/Linux? a priori, no, sin embargo este "plus" permitiría de cara a una empresa ahorrarse los costes de licencias de software de algunos productos, ergo, podría ser un valor adicional.

La verdad es que es un rompedero de cabeza y más aún si pensamos en el hecho de que tratamos con un ya de por sí fracasado sistema económico basado en moneda, lo cual obliga a pensar ¿cuanto vale cada cosa que conozco?

Sin embargo el problema va más a fondo y es precisamente ese fondo el que deseo trasmitir; pensemos por un momento en que además de desarrollador, soy fanático por la cocina, ¿saber cocinar debería ser un valor añadido a mi coste por conocimiento? (sí, la respuesta es no, pero recordemos que el núcleo del problema es cobrar por lo que se sabe, no por una fracción de lo que sabemos ni mucho menos por lo que hacemos), entendemos pues que hay conocimientos que deben ser separados y cuantificados, algunos, valen más que otros, lo que me lleva a pensar, bueno y si no puedo sacar provecho a mis conocimientos de cocina/hobbie, ¿qué sentido tiene aprenderlos? si no genero ganancias, no vale la pena aprender, el sistema económico así lo dicta y formularse esta pregunta es totalmente valido, mucho peor aún, basados en esto, resulta un absurdo aprender algo que no me genere ganancias.

Aclaremos algo, es claro que todos aprendemos cosas sin esperar remuneración, no todo, claro está, pero saber por ejemplo la letra de una canción, o poder interpretarla en un instrumento musical, dibujar, narrar, escribir, etc son aptitudes que adquirimos por placer más que por necesidad monetaria y si tenemos la fortuna de estudiar una carrera universitaria, y que esta sea de nuestro agrado, este aprendizaje no es una inversión monetaria a mediano plazo, es una actividad que realizamos por placer (como debe ser) y si este es el hecho, realmente no es lógico pensar que cobramos por lo que sabemos, de hecho implicar un coste por los conocimientos y el enriquecimiento personal es más una forma de decir que lo que sabemos y/o hacemos, no nos gusta, pero que ademas lo realizamos "por que toca" y con esto no digo que no se deba cobrar por una actividad que nos guste, lo que digo es que comparar conocimiento con valores monetarios es un concepto totalmente erróneo.

Yo cobro en base al esfuerzo y tiempo invertido en la actividad que realizó, y esto implica también el tiempo que duré en aprender a hacer dicha actividad (por ejemplo desarrollar en java), sin embargo el conocimiento dejémoslo a parte y ni siquiera se nos ocurra meter de por medio títulos, certificados y demás, porque el sistema de calificaciones educativo no asegura que nuestros conocimientos sean los correctos, sea porque vimos con "los profes fáciles" o sea porque "hicimos copia" o "pagamos el trabajito" u otro factor que nubla el sentido de conocimiento que existe (y que a final de cuentas son las cosas que valen dentro de la frase motivo de este artículo).

El aprender y el saber deben ser tomados como placeres personales, que si somos afortunados podremos aplicarlos en alguna actividad con remuneración monetaria, pero no caigamos en la trampa de comparar dinero con saberes, porque mal vamos si seguimos con esa idea.

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